El ayuntamiento de Barcelona ha dado luz verde al proyecto de transformación de la ronda de Sant Antoni. Una de sus bases principales es que tendrá más espacios verdes, zonas de estancia, áreas de juego y promoción de la movilidad sostenible.
La propuesta, que quiere convertir la ronda en un espacio lleno de vida, responde al modelo Superilla Barcelona y busca favorecer los usos ciudadanos, la vida de barrio y el comercio local.
Lo que se busca es que sea un lugar pacificado, donde el asfalto y la circulación de coches desaparecerán para dar paso a un pavimento continuo de piedra natural.
Además, habrá una nueva plaza libre de vehículos entre las calles de Villarroel y Floridablanca, y sólo podrán pasar, por los laterales, vehículos de servicios y emergencia.
Por lo tanto este tramo se liberará de las plazas de carga y descarga previstas inicialmente, que pasan a situarse en los extremos de la misma plaza —a la altura de Villarroel y de Floridablanca—.
El proyecto se centra en la buena conexión de la zona en transporte público. Se consolida el paso de ciclistas actual, y podrán circular por todo el ámbito manteniendo la prioridad de paso de los peatones.
Más espacios verdes: pulmones de la ciudad
En total, este desarrollo tiene como ejes principales los más de 1.000 m2 de verde urbano y unos 150 árboles, de los que 46 son nuevos. Junto a la pacificación del eje verde de Tamarit para conectar así la nueva ronda con la superilla de Sant Antoni.
Actualmente, entre la ronda y la calle de Tamarit hay 15.262 m2 de espacio pacificado. Con esta transformación se llegará a 16.300 m2, una ganancia de más de 1.000 m2.
Se presente que, en julio, puedan así adjudicarse las obras, que se prevé que empiecen a finales de verano. Durarán un total de 10 meses y se invertirán en ellas 11,3 millones de euros, según el Ayuntamiento de Barcelona.