La vulnerabilidad en las redes sociales

Las redes sociales son una poderosa herramienta de influencia en la sociedad. Hay quien la utiliza para expresar una identidad que no le corresponde, y quien la utiliza de la forma más pura. Mostrarse tal y como uno es a través de internet no es algo que se vea a menudo.

Expresar la vulnerabilidad a través de las redes sociales es algo que no hace mucha gente. Lo sencillo (y lo común) es mostrar sola y exclusivamente la parte positiva de la vida de cada uno. Por esta razón, es normal que surjan preguntas como: ¿Es malo ser vulnerable? o, ¿Es malo estar mal?

Hay una gran cantidad de contenido colgado en internet y una de las principales consecuencias de este hecho es la pérdida de empatía. La gente tiende a mostrar lo que quiere que la gente vea y piense de ella en vez de mostrar la realidad, aceptándose tal y como son.

José Ramón Ubieto, psicoanalista y profesor de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), dice que “para algunas personas puede llegar a ser como un carnaval diario, donde uno elige el disfraz que prefiere”. Es entonces cuando la vida virtual se convierte en una realidad con un punto de ficción.

Hay expertos que recomiendan un acercamiento entre estas dos vidas: la real y la virtual. De este modo, se lograría un equilibrio cognitivo, emocional y de conducta que sería beneficioso tanto para uno mismo como para los demás. Asumir los límites personales en lugar de esconderlos es más positivo, y mostrarse en dificultad anima el deseo y el amor.

Sin embargo, hoy en día sí que hay personas que se muestran vulnerables públicamente y, aunque estas sean una minoría, cada vez más usuarios se están volviendo más transparentes en las redes. Éstas reivindican el hecho de dejar de llevar una máscara, de hacer ver que todo va bien. Mariona, por ejemplo, es una chica catalana con una considerable cantidad de seguidores. El contenido que crea va desde fotografía hasta poesía, y en su canal de Youtube. Cuelga videos hablando sobre sus trastornos mentales, así como la ansiedad i el TOC.

Otra chica que hace público su estado mental es la americana Ali Beckman a través de su Instagram @softlytaxidermy donde llora, grita, baila y muestra las pastillas que se toma a diario para convivir con sus trastornos.

Otro ejemplo es Lele Pons, una chica “perfecta” de 23 años, cantante, actriz e influencer americana que hizo públicos sus cuatro trastornos mentales en un mini-documental de Youtube. En la red de Instagram dijo:

“Mostrarme al mundo como una persona que batalla con enfermedades mentales da miedo, pero nunca va a ser algo de lo que me sienta avergonzada”.

Claudia Serrahima @claudiaserrahima creó un proyecto a inicios de 2020 llamado “A Plor de Pell” (#aplordepell). A través de fotografías de gente llorando, Claudia pretende normalizar el hecho de llorar  públicamente. Afirma que esta emoción puede ocurrir en muchas situaciones y que, aun así, es muy poco común ver a la gente expresarlo en espacios públicos.

“Al reconocer la sabiduría de los mecanismos de curación de nuestro propio cuerpo, podemos combatir el estigma que condena a las personas por expresar su vulnerabilidad.”

Es normal sentirse deprimido de vez en cuando, pero ¿por qué no es normal mostrarlo en las redes? Gracias a que cada vez más usuarios con elevado reconocimiento se sinceran respecto su condición mental y muestran sus consecuencias, el mundo virtual se va acercando un poco más al mundo real.